Arqueólogos encontraron restos de Jericó, una ciudad bíblica

Arqueólogos italianos de la Universidad La Sapienza, de Roma, en colaboración con arqueólogos palestinos, hallaron restos de las monumentales murallas que rodeaban la ciudad bíblica de Jericó.

Estilo de vida - Sabías que... 25 de abril de 2020 Identidad Noticias
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Según el relato de la Biblia, las murallas de Jericó, ciudad situada en el valle inferior del Jordán, fueron destruidas al son de las trompetas del ejército judío dirigido por Josué, trece siglos antes de Cristo.

Primero, descubrieron que Jericó tenía un sistema de fortificaciones impresionante. Un muro de retención de cinco metros de altura rodeaba la ciudad. Encima del muro, había un muro de ladrillos de unos dos metros y medio, fortalecido por detrás por un murallón de tierra.

Se encontraron a su vez, estructuras domésticas detrás de este primer muro. Otro muro de ladrillos circundaba el resto de la ciudad. Las estructuras domésticas que se encontraron entre ambos muros son consistentes con la descripción del alojamiento de Rahab en Josué 2,15: … porque su casa estaba en la pared del muro, y ella vivía en el muro.

También en una parte de la ciudad, había grandes pilas de ladrillos en la base tanto del lado interno del muro como del externo, lo que indicaba un desmoronamiento repentino de las fortificaciones.

Los eruditos piensan que un terremoto, [que podría explicar también la detención del flujo del Jordán en el relato bíblico, causó este colapso.

Los ladrillos del desmoronamiento formaban una rampa mediante la cual un invasor podría entrar fácilmente en la ciudad (Josué 6,20b: El pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad).

Con relación a este sorprendente descubrimiento, Garstang dice: “En cuanto al hecho principal, entonces, no queda ninguna duda: los muros cayeron hacia fuera tan completamente que los atacantes podrían haberse trepado sobre las ruinas de la ciudad”. Esto es notable, porque cuando son atacadas las ciudades, los muros caen hacia adentro, y no hacia fuera.

Fuente: BIOGUÍA y Mi Devocional

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