Gallardo, un técnico anormal

¿Alguna vez se animaron a cambiar algo que sentían que funcionaba pero que podía estar mejor? ¿Les costó tomar la decisión? Imagínense hacerlo, por lo menos, once veces.

Deportes 13 de noviembre de 2020 Identidad Noticias
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A lo largo de este ciclo, Marcelo Gallardo cambió esa cantidad de ocasiones (como mínimo) la táctica de River y apeló a las variantes muchas veces más insólitas en la previa a cada partido y hasta algunos de los más importantes, concediendo la idea de un entrenador que, lejos de quedarse con lo bueno conseguido o con el presente pese a tener dos últimos partidos de bajo nivel, lejos está de ser conservador.

La realidad es que cualquier otro técnico hubiese optado por cambiar los dos futbolistas que le faltan a la defensa por sus reemplazantes naturales o pibes de la Reserva, entendiendo que ese podía ser el paraguas protector ante una derrota o un rendimiento malo, que pueda justificarse desde el "poner el equipo que se pudo" ante las ausencias por diferentes cuestiones.

Por el contrario, de un momento al otro aparece Enzo Pérez por primera vez en su carrera jugando de primer marcador central y rompiendo todos los esquemas de especulación que se puedan tener, dejando atrás la teoría que alguna vez me dijo Gastón Recondo en Sportia varias veces al aire ante situaciones similares: "si te falta el titular, poné al pibe de Reserva"; en lo que va de la semana se probaron cuatro futbolistas para una misma posición. ¡Cuatro! Entre Augusto Aguirre, central de la Reserva; Bruno Zuculini quién jugó en ese lugar en algunos partidos amistosos y hasta Copa Libertadores; Santiago Sosa, con antecedentes de minutos oficiales en partidos con necesidad extrema y ahora Enzo.

Más allá de ser una prueba que quizás no se repita en el tiempo o apenas forme parte de un ensayo semanal, no es la primera vez que Gallardo se anima a ir por más o cambia lo establecido. De hecho, lo primero que hizo cuando reemplazó a Ramón es cambiar el esquema en el primer partido, empezar a consolidar futbolistas que el último campeón había dejado de lado (Ponzio) o cambiar el sistema con apellidos de poca vidriera (Pisculichi). Con el correr del tiempo modificar en la Bombonera la táctica y jugar con doble cinco, cambiar delanteros no sólo en nombres sino en sistema, reinventarle posiciones a otros tantos para mejorar su rendimiento (Driussi, Pity, Palacios) o hasta responder que no podían convivir en una misma mitad de cancha futbolistas de características similares (Enzo y Nacho Fernández). Últimamente la línea de cinco defensores era la que prevalecía y ahora jugar con tres delanteros es lo que se impone, pero nadie está dispuesto a confirmar que esto siga siendo realidad durante los próximos partidos porque el técnico es un mutante que cree en sistemas elásticos y futbolistas inteligentes para llevarlos a cabo. 

El equipo contra Godoy cruz con tantas pruebas todavía no estará confirmado y faltan algunos días más para terminar de definirlo, y aunque la muestra de los partidos de la Copa de la Liga Profesional sean para el técnico un banco de prueba en la preparación de lo más importante que es la Copa Libertadores, se ratifica una vez más que Gallardo por estas y otras tantas cosas no es un técnico normal, como si jugara al Gran DT, aunque en este caso, lo sea.

Por: Juan Cortese (TyCSports)

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