En el horizonte se diluyen, en la inmensidad de la noche, el mar y el cielo. Un espectáculo asombroso por su rareza, por la dificultad de las coordenadas y por su belleza absoluta.
Estilo de vida - Mundo 02 de julio de 2020 IDENTIDAD NOTICIAS
De día, Santiago Olay trabaja como marino en un gran buque mercante. Pero al caer la noche, Olay da rienda a su pasión por la fotografía al observar- por un instante- el cielo inmenso sobre el negro mar.
Santiago trabaja de primer oficial en un buque de transporte de mercancías que se encuentra actualmente en el mar. Normalmente su periplo a bordo dura unos 75 días pero “esta campaña me tocó embarcar justo un par días antes de que el COVID-19 se convirtiera en algo tan grave en España que hubiese que decretar el confinamiento”.
Siempre fue aficionado y empezó a hacer fotos en los barcos con una réflex de película y compactas digitales. Pero desde hace un par de años dio el salto a una DSLR (una Nikon D750) “sobre todo porque me interesaba la capacidad de fotografiar en condiciones de muy poca luz”.
Luchando contra el movimiento y las vibraciones del agua, este fotógrafo ha perfeccionado un método que le permite conseguir maravillosas fotos de la Vía Láctea.
Sin duda un proceso complejo en el que también entran en juego otros factores: “tengo que tener en cuenta que los barcos en los que navego transportan mercancías peligrosas, así que me tengo que mantener fuera de las zonas peligrosas, en las que solo se pueden utilizar equipos electrónicos intrínsecamente seguros. De todos modos llevo un detector portátil de gases por si acaso”. Confiesa el fotógrafo a Xatakafoto en una reciente entrevista.
Fuente: Cultura Inquieta
Con ambos equipos en alza tras diez partidos oficiales, se viene un nuevo cruce en cuartos de final. Repasá cómo le fue a ambos desde el 1-1 en el Monumental.